En sólo un mes un centenar de vecinos ha sido desalojados de cinco viviendas en malgastado. Desde que se hundió la casa del Camp d'en Serralta, el pasado mes de octubre, donde murieron siete personas y dos más resultaron heridas, la «psicosis de las grietas» se ha esparcido por Ciutat. Se han precintado y desalojado cinco edificios en Palma, incluyendo el del Camp d'en Serralta que afectó a cerca de una setentena de vecinos.
Desde entonces, el primer desalojo fue el día 28, en un inmueble de Son Cotoner, el número 14 de la calle del Mont Lueri. Los vecinos avisaron de que había grietas en una terraza y que parecía que estaba a punto de caerse. La Policía Local y los Bomberos desalojaron a todos los habitantes. Después de tres horas, la mayoría pudieron volver en casa, pero uno de los bajos y un sótano quedaron acordonados. La casa también tenía problemas de humedad y de grietas en la escalera. Al día siguiente llegó el turno al número 52 de la calle de los Socors. La Policía y los Bomberos desalojaron a los 28 miembros de las ocho familias que vivían en la parte trasera del edificio, la que da a la calle Mateu Enric Lladó. En la parte de delante ya hacía tiempo que no vivía nadie, pero tenían que pasar para poder entrar. La parte delantera de la casa de la calle de Socors fue declarada en ruina por los técnicos municipales. De entrada, el propietario lo tiene que apuntalar y después derribarla, de manera que los vecinos, de momento, no pueden volver y están realojados en diferentes hostales de Ciutat. El otro caso sucedió el pasado 4 de noviembre, cuándo la Policía Local y los Bomberos desalojaron una casa situada al número 5 de la calle de Jaume Ferrer, en el barrio de la Llonja, donde vivían nueve personas. Finalmente el último precinto se produjo en la Costa d'en Brossa donde se han precintado tres viviendas en mal estado.