A las 08.30 de la mañana de ayer el Oculus Maior de la Seu filtró la luz del sol sobre la pared inferior del rosetón del Portal Mayor, un espectáculo visual que se da por vez primera esta semana desde su restauración y que fue presenciado por un grupo de unos doscientos visitantes asistidos por miembros de la Sociedad Balear de Matemáticas. Y es que si bien la yuxtaposición de luces es casual, no lo es la orientación del templo, que se levantó 120 grados al suroeste para coincidir con el solsticio de invierno. Esta particularidad, según Josep Lluís Pol, presidente de la sociedad, determina que precisamente por Navidad la luz del gran rosetón se superponga a la del Portal Mayor. Este hecho puede apreciarse desde el exterior, como descubrió hace apenas dos años el investigador Daniel Ruiz, pero solamente es observable desde Es Baluard, por lo que se organizará una nueva cita en este punto el próximo día 21 a las 08.15 horas.
El grupo congregado recibió una explicación sobre tres temas fundamentales ligados a este efecto lumínico, como son la orientación de la catedral, las arcadas y la simbología numérica. En este sentido, los matemáticos incidieron en la figura hexagonal como clave en la construcción del rosetón, e interpretaron la existencia de la estrella de David insertada en el mismo en clave geométrica, no religiosa.
A raíz de los bombardeos durante la Guerra Civil¡, buena parte de los vitrales del rosetón, que mide 11'40 metros de diámetro interior y 110 metros cuadrados, se rompieron y fueron sustituidos en parte. Recientemente concluyó su restauración completa. Durante años se ha dicho que este era el mayor óculo en una catedral gótica, pero según Josep Lluís Pol esto no es cierto, ya que al menos el de la catedral de Notre Dame de París es mayor.
Este efecto luminoso se repetirá de nuevo la semana del 2 de febrero. Pero no se da en el solsticio de verano por la ocultación del sol al ponerse que proyecta el Galatzó.
Gabriel Alomar