La entidad Banco de Alimentos, dedicada a la distribución de comida entre ONGs que se dedican a la atención de personas necesitadas, ha duplicado con creces el volumen de usuarios finales a los que ha dirigido sus esfuerzos en lo que llevamos de año, con un total de 27.465 computados desde el pasado 1 de enero hasta ahora, frente a los 13.000 que se contabilizaron a lo largo de todo el ejercicio de 2008.
También se incrementó el número de asociaciones y organismos que recibieron las partidas de alimentos, procedentes en parte de aportaciones de la Unión Europea y, en parte, a donaciones de supermercados y grandes superficies. Todos ellos, entregaron en lo que va de 2009 un total de 292.000 kilogramos de alimentos de todo tipo, de los que ya se distribuyeron 260.000 kilos, frente a los 304.000 kilos del año pasado, que «se superarán con creces» a finales de éste.
Por ello, el presidente de Banco de Alimentos en Baleares, Manuel Marco, no dudó en afirmar que la presente es una campaña «fuera de lo normal», según dijo, e indicó que «durante el año pasado hubo un incremento de actividad del 78 por ciento y, cuando confeccione la memoria de 2009, tendré que decir que es más del 100 por 100», aclaró.
Según precisó Marco, el incremento en la demanda de alimentos, que aprovechan todo tipo de comedores sociales y otras entidades, es «achacable directamente a la crisis» y, en ese sentido, agradeció que el Govern balear y el Ajuntament de Palma hayan «aumentado sus aportaciones», así como que las grandes superficies «se han mentalizado más que en años anteriores y, desde hace unos meses, está aumentando la solidaridad», aseguró.
También contó la ONG en esta ocasión con el apoyo de los clubes rotarios de las islas, con cuya ayuda, obtuvieron otras 30 toneladas de alimentos de las grandes superficies, que aportan desde patatas y verduras, hasta azúcar, bebidas refrescantes, pastas y arroces, congelados y conservas, legumbres, aceites, panadería, repostería, confitería y todo tipo de recursos que son excedentes o que se encuentran al límite de su caducidad.
Por lo que se refiere al perfil de los beneficiarios de los alimentos que distribuye esta ONG -que no trata directamente con ellos, sino con los responsables del reparto final-, se compone por familias con niños, inmigrantes, personas mayores, discapacitados, ex reclusos, jóvenes con pocos recursos, mujeres maltratadas, transeúntes y marginados. En general, «no ha cambiado la tipología, pero se ha multiplicado» el número de personas que necesitan comida.
Manuel Marco cuenta 68 años de edad, es coronel de aviación retirado, y se jubiló como miembro del estado mayor del Mando Aéreo de Combate, en Madrid. Su experiencia militar le ha servido para esta nueva organización, aunque comprende que los criterios de uno y otro ámbito «a veces no son aplicables». Entró en Banco de Alimentos como voluntario a finales de la década de los años 90 y, desde 2002, es patrono de la asociación que preside desde hace tres.