El pasado domingo, 18 de los corrientes, la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Palma de Mallorca fue de peregrinación a la aldea almonteña de El Rocío.
En total viajaron unas setenta personas, con el presidente de la Hermandad, Juan Antonio Torres Navarrete, al frente.
Nada que ver la peregrinación con el Rocío. Entre otras cosas porque hay menos actos y porque los peregrinos no visten de corto ni de faralaes.
La misa del domingo, que fue oficiada por el capellán de la Hermandad, padre Feliu, estuvo amenizado por el coro rociero. Los peregrinos habían acudido a la ermita en procesión presidida por Torres Navarrete, su esposa, Consuelo Salmerón, y el Hermano Mayor, Carmelo González.
Finalizado el santo oficio, los peregrinos, al son de La Balanguera que el pitero hizo sonar durante parte del recorrido, regresaron a la casa que la Hermandad posee en la aldea, donde se celebró una jornada de convivencia en la que no faltó el almuerzo elaborado a base de productos mallorquines acompañados de los ricos caldos andaluces. A los postres no faltaron las ensaimadas mallorquinas.