La ciudad brasileña de Río de Janeiro será la organizadora de los Juegos Olímpicos del año 2016, una decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) que ha desbancado en la última votación a la candidatura de Madrid después de que quedasen descartadas dos opciones, Chicago y Tokio. La propuesta defendida por la delegación española, encabezada por el rey don Juan Carlos; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, tenía solvencia y credibilidad. Sin embargo Brasil, con su presidente, Lula da Silva, se mostró más convincente defendiendo con pasión la sede de Río de Janeiro con el argumento de que sería insólito que una nueva edición de los Juegos se celebrase en el mismo continente que en el anterior "Londres organizará los Juegos Olímpicos de 2012" y, además, planteó que nunca un país sudamericano había logrado tener el privilegio de convocar un evento deportivo de esta magnitud.
Madrid ha obtenido una dignísima 'medalla de plata' virtual en esta competición ante el COI, pero su oferta no ha logrado imponerse ante los intereses de la política internacional "Brasil es en estos momentos la quinta economía mundial" y, por supuesto, de la lógica tradicional del organismo regulador de los Juegos Olímpicos. La capital de España está perfectamente legitimada para seguir intentando el objetivo de organizar unos Juegos Olímpicos; pocas ciudades pueden presentar un nivel tan alto de apoyo institucional y ciudadano para albergar unos Juegos. En todo caso, en esa nueva etapa bueno sería que Palma fuese capaz de situarse en la primera línea de salida.