La austeridad y los recortes, en algunos casos de sueldos de altos cargos de consorcios y empresas, marcarán los presupuestos del próximo año y del paquete de medidas que los partidos del Govern están intentando pactar en sucesivas reuniones, la última ayer, tras la reunión del Ejecutivo.
Portavoces de los diferentes partidos barajaron ayer propuestas diversas. Joana Barceló, portavoz del Govern, dijo que algunas de las medidas tendrán ya su efecto en las cuentas autonómicas que entrarán en vigor el uno de enero pero que otras «son a más largo plazo» ya que afectan a consorcios en los que participan diversas administraciones, y no sólo el Govern.
En relación a la fusión de conselleries, el Govern no ha adoptado todavía una resolución en firme pero esta posibilidad, aún no descartada, pierde fuerza en relación a otras. La reducción de costes sería más simbólica que otra cosa.
Joana Barceló, en su comparecencia tras el Consell del Govern, respondió a una pregunta sobre la remodelación.
Barceló dijo que el Ejecutivo trabaja «sin tener prevista ninguna remodelación» en estos momentos, aunque sí valoró que, en todo caso, la «responsabilidad directa» recae sobre el president, Francesc Antich.
Barceló separó este asunto de los cambios estructurales del Gabinete y el recorte de empresas públicas.