El president Antich confirmó ayer que valora, junto al resto de portavoces de los partidos del Govern, la posibilidad de introducir cambios en la Administración, básicamente la eliminación de empresas y consorcios, todo ello «para racionalizar el gasto» y que sea más efectiva.
El president también reconoció que «está sobre la mesa» la posibilidad de fusionar conselleries, pero que aún no hay nada al respecto. Lo que sí dejo claro -primero en una rueda de prensa, luego en conversaciones posteriores- es que los cambios no se harán «en función de las necesidades de un partido», sino de acuerdo al interés general.
Sobre si esos cambios en el Govern, que negocian en la fase de preparación de los presupuestos, llevarán aparejada algún relevo en las conselleries, se mostró cauto e insistió en que las remodelaciones no se anuncian.
Desde hace días se especula con la posibilidad de que una posible remodelación podría justificarse en el caso de que UM propusiera relevar al conseller de Turisme, Miquel Nadal. Eso serviría para otros cambios. Se cita a Bárbara Galmés, de Educació. Antich añadió ayer que más que cambiar personas se trata de impulsar determinadas áreas. La remodelación, en cualquier caso no es inminente.