Agosto ha comenzado como terminó julio: con paros en los servicios de tren y metro de la Isla. Ayer, los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) reanudaron las protestas y los usuarios volvieron a padecer las consecuencias de una huelga de dos horas, entre las 10 y las 12 de la mañana. En esta ocasión, los usuarios afectados se cifraron en tan sólo 500 y, en total, se suspendieron cinco servicios de trenes de ida y otros tantos de vuelta a Ciutat. En el metro, los trayectos fueron cada 45 minutos. Los servicios mínimos funcionaron sin retrasos y destacó el servicio de las 11 horas con destino Manacor que iba lleno de gente.
A diferencia que en otras convocatorias de huelga, ayer los trabajadores hablaban de «brotes verdes» en las negociaciones con la empresa. Las subcontratas no se pueden eliminar, pero sí limitar, según ha planteado la dirección por primera vez, «y obligarles a cumplir una serie de condiciones. Al menos que estas subcontratas no crezcan más que nuestro propio taller», explicaron Ricardo Mas y Pelayo Carrasco, miembros del comité de empresa. También se da luz verde a la petición de los trabajadores de tener acceso a las cajas negras tras una avería.
En temas de seguridad, ya se han instalado más martillos para romper los cristales en caso de emergencia y más extintores. Además, se ha incrementado la plantilla de mecánicos.
Ayer los trabajadores quisieron centrar su protesta en 'preguntas incómodas'. Así, colocaron varios carteles con una serie de cuestiones en la estación intermodal: ¿Por qué inauguran trenes si no hay tren? ¿Dónde está el señor Vicens? ¿Hará falta que muera alguien para comprender por qué hacemos esto? ¿Por qué prefieren contratar a los jefes y subcontratar a los mecánicos?
Los trabajadores se quejaron de que sólo se informe de los servicios mínimos en catalán.