La escuela de Verano de Amadiba (Associació de Mares de Discapacitats de Balears) acoge a 80 discapacitados físicos y psíquicos que durante los meses de julio y agosto realizan actividades y talleres en el Col·legi Camilo José Cela, de Palma.
«Van de excursión, hacen deportes como vela o golf, y juegan en la piscina. Además les hacemos relajación, estimulación multisensorial, musicoterápia y talleres de cocina o estética. Realizamos muchas actividades, pero todas adaptadas a sus capacidades», explica Patricia Abel, coordinadora de la escuela.
Veintidós monitores se encargan de vigilar el ocio y aprendizaje, manteniendo siempre el orden. «Son personas muy rutinarias, necesitan llevar una rutina muy marcada y para ello necesitan reglas. En la asociación instruimos a nuestros monitores, les damos nociones sanitarias, de fisioterapia y sobre conductas», comenta Patricia. En la escuela adaptan la comida a las necesidades alimenticias de los alumnos, pudiendo escoger entre dieta diabética, blanda, normal y triturada; vigilando siempre las alergias alimentarias. «Lo que más bueno está son los macarrones, la hamburguesa y las croquetas», explica Marcos, de ocho años.
Amadiba cuenta además con un servicio de transporte que recoge en casa a los alumnos de la escuela de verano que lo solicitan.