Diego había nacido en Pamplona, pero desde los 12 años vivía en Mallorca. Su padre, el reconocido urólogo Antoni Salvà, había estudiado Medicina en la capital navarra. Allí conoció a su esposa, Montserrat Lezaun, con la que se casó y tuvo siete hijos. Diego, el segundo hermano mayor, desde muy pequeño destacó por su gran vitalidad. Cursó sus estudios en el colegio Virgen del Carmen, a escasos cinco minutos andando de su domicilio familiar del Passeig Mallorca. Su parte navarra se veía en su gran afición por Osasuna. En muchas ocasiones acudió al colegio vestido con la camiseta del equipo navarro y tenía que aguantar más de una broma de sus compañeros porque el equipo militaba en Segunda División.
Ya de niño comenzó a tener una gran afición por las motos, que convertiría en su gran pasión. También era un entusiasta de la pesca submarina. Hace apenas una semana estuvo pescando con su amigo Luis en la zona de Santanyí.
Diego tuvo más que una discursión con su padre, al que no le hacía mucha gracia la pasión de su hijo por los vehículos de dos ruedas. Precisamente, esta afición le ocasionó un gran susto al sufrir un grave accidente que le mantuvo en coma varios meses. Incluso llegó a perder el habla cuando se recuperó del coma. Pero mostrando una gran fuerza de voluntad y unas ganas de vivir descomunales logró recuperarse por completo. No era el primer contratiempo serio que tuvo en moto. Hace unos años también sufrió una grave caída cerca de Sóller.
Desde que tuvo el segundo accidente, Diego cambió un tanto su carácter. Una de sus amigas explica: «Diego era un cielo. Y tras el accidente era todavía más cariñoso». De siempre, siempre había sido una persona independiente con gran sentido aventurero. Le costaba parar en un sitio. Sin embargo, tras superar el coma se mostraba aún más atento con su familia y sus amigos. Y sobre todo contaba con el apoyo de su novia, Vanessa, empleada de El Corte Inglés con la que llevaba saliendo varios años y que estuvo siempre a su lado en los momentos más difíciles.
Este cambio se tradujo también en sus preferencias culinarias. Ahora le gustaban alimentos que antes no podía ni probar. De todas formas, las gambas y los langostinos seguían siendo sus platos preferidos.
No hace ni dos meses, la madre de Diego, aún sin estar totalmente recuperado, le preparó una fiesta en es Fortí para celebrar su 27 cumpleaños. Acudieron unos 40 amigos, algunos de ellos venidos desde fuera de Mallorca. Nadie de su entorno quiso perderse un acontecimiento tan especial. Ninguno sospechaba que iba a ser el último.
Los amigos de Diego han querido que su recuerdo no se olvide y han creado una página abierta en Facebook “Luto por Diego Salvà" con multitud de fotografías de su amigo. La página, creada por Pilar Giménez, contaba en la noche de ayer con casi 300 comentarios de amigos y de persoans que aunque no le conocían, han querido mandar sus condolencias. Ésta es una de ellas:
Diego, amigo mio,no puede ser que ya no estés seguro que alli desde donde estes les vas a mandar mucha fuerza a tus padres, hermanos, amigos y a tu Novia que lo estan pasando muy mal.No te merecias la mala suerte que has tenido!Nosotros aquí nos quedamos con la alegria de haberte conocido y de saber la buena persona que eras. Se me rompió el corazon hace 48 horas.
Nunca olvidaré nuestras charlas y te mando un beso muy grande desde aquí.
Te quiere tu amiga silvieta.