La alcaldesa Aina Calvo anunció ayer durante el Debat sobre l'Estat de la Ciutat que el Ajuntament de Palma no revisará el catastro, lo que supondrá que «no se aumentará» el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Según Calvo, la actualización del catastro no puede hacerse «en el peor momento de la crisis», por lo que se dejará para «tiempos mejores». «Es una decisión difícil y dolorosa, que se traducirá en austeridad presupuestaria para los próximos años, que serán de difícil gestión», dijo Calvo.
La última revisión del catastro es de 1996 y, por ley, debía haberse actualizado en 2006. Al haber pasado más de 10 años, el precio de las viviendas se encuentra al 15 por ciento del valor del mercado y no al 50 por ciento, por lo que la previsión que tenía Cort era que la adaptación hubiera implicado un incremento del 100 por cien del valor de las viviendas, a pagar en 10 años. ¿Cuál hubiera sido la consecuencia? Una subida del IBI de un 10 por ciento por año.
Urbanismo
Además de esta medida, Calvo se comprometió a que, en el próximo debate, ya se estén entregando «en un acto único las licencias de obras y las de ocupación de la vía pública» y ya se hayan abierto «nuevas oficinas con la ventana única dedicada al sector». Según Calvo, se ha «agilizado la tramitación de licencias urbanísticas» en los dos últimos años, una iniciativa que tendrá continuidad con otro tipo de licencias, las de actividad. Desde el Ajuntament, se quiere que se concedan de forma «más rápida y fácil», según Calvo.
En relación al Palau de Congressos, Calvo cargó contra el anterior equipo de gobierno y su decisión de trasladar a primera línea la infraestructura. «No sé si se improvisó, pero sí se ejecutó», dijo. La alcaldesa también denunció las «horas» dedicadas a «reconducir situaciones» del anterior Consistorio. También insistió en que primará «el interés general» por encima del particular.
Durante su discurso, la alcaldesa recordó las actuaciones que se están llevando a cabo a cargo del Fondo Estatal de Inversión Local y repasó los «primeros frutos» de la política de movilidad. Calvo recordó que el tranvía «no se llevará a cabo sin antes haber resuelto los problemas de los accesos» y que supondrá una «inversión importante» para la que se espera «la aportación del Gobierno».
La autocrítica llegó con el desarrollo de la primera fase de la rehabilitación integral del Camp Redó, más conocido como 'Corea'. «Tendremos que hacer un esfuerzo para mejorar la información y la comunicación con las personas afectadas». También repasó las políticas en materia social realizadas. En cuanto al botellón, afirmó que la solución «no es fácil». «Se necesita la corresponsabilidad con el sector», afirmó.
En cuanto a la revisión del sistema de financiación, Calvo aseguró que Cort «no renunciará a una dotación extraordinaria».