Con gran asistencia de público animado por el buen tiempo y la crisis, el Club Elsa celebró ayer su tradicional rastrillo benéfico de verano con precios mínimos.
Un variopinto mercadillo con abundancia de ropa nueva y usada, zapatos, libros, vajilla, juguetes, objetos decorativos y mucho más.
«Este año la crisis se nota en la cantidad de gente que ha venido a pedir comida. El Club Elsa es una asociación benéfica de ayuda inmediata y apoyamos a las familias que no pueden pagar la factura de la electricidad o a pagar el alquiler a través de lo recaudado», indica su presidenta Margarita Mateu, junto a la vicepresidenta Rafi de Córdoba.
La mayoría de precios que pudimos ver oscilaban entre uno y tres euros, apropiados para estos tiempos y que según sus responsables animan a comprar. En anteriores ocasiones se ha llegado a recaudar 8.000 euros en una sola jornada.