A decir verdad, el Diumenge de l'Àngel de ayer, mejor que el del año pasado sí que fue. Y encima acompañó el tiempo, lo que no dejó "afortunadamente para los romeros" en buen lugar las predicciones meteorológicas.
Quienes quisieron subieron a pie hasta el Castell de Bellver, quienes no, ya bien porque no les apetecía andar, ya bien porque físicamente no estaban en condiciones, podían hacerlo gratuitamente en bus. Y los que quisieron andar, pero no tanto "como los políticos que se apuntaron a la romería" hicieron la ascensión a pie desde la clínica Femenia. Y no lo hicieron tampoco por el camino más largo "y puede que más duro", la carretera, sino que tomaron por el atajo que uno se encuentra según entra en el recinto una vez traspasada la puerta, a la izquierda.
Mientras Cristina Cerdó, que llegó con sus hijas, y Rafa Durán y otros colegas de su partido se tomaron la ascensión como el inicio de un día en el campo, los representantes del Pacte, Grosske, Aina Calvo, Biel Barceló, etc. , no pararon de hablar de política, y sobre todo de las elecciones al Parlamento Europeo. ¡Jo, es que ni en domingo paran! «Es que se ve que como no lo tienen muy claro, pues...», comentó con la boca pequeña uno del PP».
Bien, una vez arriba, había mucho que ver. Y no lo decimos solo por los políticos, sino por la gente en general, puesto que el programa era variado. Así, por una parte, mientras los mayores bailaban ball de bot en la explanada al son de Xaloc y Herbes Dolces, los más pequeños, no muy lejos de allí, se lo pasaban chupiguay con Cucorba; a todo esto, se celebraban partidas rápidas de ajedrez mientras que la Policía Montada llevaba a cabo una exhibición ecuestre en el picadero de su parque, seguida con mucha atención por parte de un público bastante numeroso, que a decir verdad disfrutó con el espectáculo.
A la una en punto, descendió en volandas l' Àngel por las escaleras del Castell, al son de una música que emitía la orquestina que le acompañaba, a la vez que su séquito animaba al público a sumarse a la procesión, al frente de la cual terminarían colocándose el gegant y la geganta y que cerraría el grupo Tamborers per a la Pau.
Finalizada la procesión, la gente extendió el mantel sobre la hierba, se sentó a su alrededor y dio buena cuenta del almuerzo, en el que no faltaron panades y robiols. Entre los romeros, acompañados por miembros de Siloé, había algunos reclusos de la cárcel de Palma que habían pedido sumarse a la fiesta.
Por la tarde ésta continuó. En primer lugar con los castellers en el patio del Castell, y otras actividades, finalizando con la Rondalla rock a cargo de Quiropters, grupo rockero nacido "según contaron" de una ventosidad del Dimoni Cucarell; eran, sin duda, el plato fuerte presentado este año por la Associació de Federacions de Veïns. Son muy buenos, muy cañeros, con puesta en escena incluida, pero me temo que estuvieron en el lugar y en la hora equivocados, pues apenas arrastraron a cien personas.
lPedro Prieto
Fotos: Nuria Rincón/Joan
Lladó/Jaume Morey