Por primera vez en la corta historia de misas solemnes de Pascua a las que asiste la Familia Real y que se celebran en la Catedral de Mallorca faltan algunos miembros de ésta. Sí, ayer sólo acudieron a la misa del Domingo de Resurrección, como es tradición en la estancia de la Familia Real en la Isla, los Reyes; los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, y las hijas de ambos, las infantas Leonor y Sofía. Faltaron los duques de Palma y sus hijos, así como la infanta Elena, Froilán y Victoria Federica. Si nos apuran, las ausencias son hasta lógicas, la familia ha crecido tanto que no es fácil reunirla a toda en el mismo día por muy institucionalizado que esté -aunque sólo sea oficiosamente-.
Todo ya dispuesto y cada cual en su sitio, poco antes de las doce aparecen los coches policiales que abren camino al séquito real. A todo esto, el obispo, Jesús Murgui, tocado de mitra, y los canónigos esperan ante la puerta principal.
El primero en salir del coche es don Juan Carlos, que luce un buenísimo aspecto, viste de traje cruzado y corbata roja con topos. Cuando aparece la Reina se escuchan los primeros gritos de «¡Guapa, Guapa...!». Y, a decir verdad, no es para menos. Doña Sofía viste de rojo y, como muy bien le gritaba la gente, estaba muy guapa. Los gritos arreciaron cuando abandonaron el coche los príncipes de Asturias y sus hijas. Don Felipe vestía traje y su esposa, que vestía pantalón blanco y chaqueta ajustada de color crema tostada, estaba también muy guapa; incluso más que el verano pasado, aunque algo más delgada. Pero, sin duda, la gran ovación del respetable se la llevaron las Infantas, sus hijas, vestidas igual: vestido de flores y una rebeca azul.
Los aplausos y los gritos de «¡Guapa, guapa!» volvieron a oírse finalizada la misa, cuando los Reyes, sus hijos y nietas se dirigían a los coches , tras haberse despedido del deán de la Seu, Joan Darder, que fue quien ofició la misa de Pascua, y los canónigos. De nuevo, las pequeñas fueron las grandes protagonistas. Y es que, ¿saben?, son muy guapas, vivas, simpáticas, espontáneas y saben posar muy bien, sobre todo Leonor, que enamora a la máquina.
Con la asistencia a la misa de Pascua, los Reyes y sus hijos ponen punto final a las vacaciones de Semana Santa en Marivent. Aunque han sido cortas, ha habido tiempo para que la Reina pudiera ir de compras y asistir al Réquiem de Mozart en la Seu y a que el Rey pudiera participar en la última regata del Princesa Sofía. Mientras que los príncipes de Asturias apenas han tenido tiempo para nada.
Pedro Prieto
Foto: Teresa Ayuga/Joan Lladó