Con un acuerdo y casi media docena de desacuerdos. Así concluyó ayer la primera de las reuniones entre los partidos que gobiernan Balears desde 2007.
El president Francesc Antich, el presidente de UM (Miquel Nadal, conseller de Turisme) y Biel Barceló (portavoz del Bloc) se reunieron durante casi tres horas en el Consolat. Según ha sabido este periódico, se pusieron sobre la mesa las cuestiones que separaran a los partidos pero, en línea con el planteamiento que Francesc Antich llevó a la reunión, hubo un acuerdo: todos los partidos consideran que el pacto de 2007, que desalojó al PP de las instituciones autonómicas, está vigente y es el único marco para resolver las diferencias.
Diferencias y calendario
Las diferencias tienen que ver con la política territorial (enmienda de UM sobre Son Baco, negociable «si se ponen sobre la mesa otras alternativas»); las prioridades a la hora de financiar proyectos (UM insiste en cuestiones relativas al Turisme y a las áreas que gestiona); la falta de entendimiento sobre el desarrollo de los proyectos que el Bloc considera prioritarios (transporte); la incomodidad de UM por el reparto de poder en algunas instituciones, como el Consell y, fundamentalmente, la definición del modelo de IB3, la televisión autonómica. UM, Bloc y PSIB son conscientes de que el pacto llevaba aparejado un compromiso de cambiar el modelo audiovisual heredado de Jaume Matas.
Todas esas cuestiones fueron esbozadas en la reunión del Consolat pero ninguna se cerró del todo.
Habrá más reuniones. Así, se pactó una tanda de nuevos encuentros, el primero de ellos hoy mismo: se reunirá la comisión de seguimiento de los pactos, formada por líderes de los partidos. Será en esta reunión, y en otras que se deben celebrar después de la Semana Santa, cuando se entre en el detalle. Será en esa reunión cuando el Bloc muestre, con más fuerza que ayer, su incomodidad con la «ruptura de las reglas del juego» por parte de Unió Mallorquina.
Antes del inicio de la reunión, el president Antich incidió en la necesidad de cerrar diferencias de criterio y centrarse en la toma de decisiones para afrontar la crisis económica, que es lo que preocupa a la ciudadanía.