Pepe Pintos es un uruguayo que pese a llevar sólo seis años en Mallorca ya se ha hecho un nombre dentro del panorama gastronómico con su restaurante Pepe Pintos Cocinero, como demuestran los premios obtenidos en las distintas ediciones de Tapalma.
Comenzó presentando sus platos como si fuesen cuadros en miniatura, por sus texturas y colores. Poco después empezó a pintar como forma de relajarse y ahora llega «la locura», como afirmó ayer en la presentación de «Simbiosis», una exposición en la que arte y gastronomía van de la mano, muestra que inaugurará mañana en su restaurante.
Acompañado por Cristina Cerdó, primera teniente de alcalde, y del gerente de Restauració-CAEB, el cocinero y pintor ofreció ayer en el Palau Solleric una demostración de la simbiosis entre sus platos y sus cuadros o viceversa.
Unas espatuladas de mascarpone, pinceladas de crema de vainilla, bizcocho de fruta y frutos secos se convierten en el postre «semifredo de tomillo» en clara sinergía con «Pensamientos enredados», título de un cuadro de 150x150.
De esta forma, Pepe Pintos presenta otros cuatro cuadros de gran formato en los que utiliza el acrílico y el óleo en sinergía con otros tantos platos, entre los que destaca «Pensamientos empalagosos» con «Sablé fondant», un postre «para comer y odiarme», confesó.
Mientras se prepara para competir por el Arzak de Oro, Pepe Pintos nos adelanta que está creando un catálogo de colores, a base de productos alimenticios, excluidos los colorantes, así como una instalación de un cuadro sobre la arena de Es Trenc.