Bancos y cajas de ahorros de Balears restringirán al máximo la concesión de créditos al consumo e hipotecarios por la falta de liquidez en el sistema interbancario y por el temor a verse afectados por el espectacular repunte que tendrá la morosidad en las Islas de aquí a final de año.
La petición del presidente del Govern, Francesc Antich, de que bancos y cajas deben de «abrir el grifo» crediticio, choca de plano con los intereses estratégicos del sector bancario. «Vivimos de la concesión de créditos, pero ante la actual coyuntura de crisis, está claro que se va a actuar de forma más selectiva y endureciendo los requisitos», indican desde La Caixa, Banca March y resto de entidades financieras que operan en las Islas.
La tasa de morosidad, uno de los indicadores que más temen las entidades porque afecta directamente a su volumen de negocio, se multiplicó casi casi por cuatro en 2008, teniendo de media bancos y cajas de las Islas entre un 1'7 y 2'5 por ciento. Para final de este año se espera que la morosidad pase la barrera del 7 por ciento. Este porcentaje no se obtenía en el sistema interbancario balear desde la crisis de 1993, como consecuencia directa de los efectos negativos de la Guerra del Golfo.
El anuncio de que van dar créditos durante 2009, ha motivado un incremento de peticiones de particulares y empresas en bancos y cajas, pero las direcctrices marcadas son la de actuar con la máxima rigurosidad, de ahí que hasta que no recupere la confianza empresarial y mejoren los ratios productivos, las entidades van a dar créditos a cuentagotas, como apuntan fuentes del sector bancario balear.