La Congregación de Agustinas Hermanas del Amparo se prepara para celebrar -el próximo 6 de febrero- el 150 aniversario de su fundación. Lo que comenzó como una simple hermandad que se hizo cargo de la inclusa de Palma en febrero de 1859, es hoy una gran Congregación con once casas en Balears, seis en la Península, otras seis en Perú, cuatro en Honduras, una en Nicaragua, una en Costa Rica y otra en Roma. Desde sus orígenes, la Congregación presta sus servicios en tres grandes campos: la enseñanza, la sanidad y las misiones.
El padre fundador, Sebastián Gili Vives, adelantándose a su tiempo, comprendió que no se debía excluir de esta Congregación a las mismas jóvenes formadas en la Inclusa. Desde el principio, su encargo para las religiosas fue la entrega a los niños abandonados, el cuidado de los enfermos y la enseñanza de la doctrina cristiana.
Herederos de aquellos orígenes y valores perduran hoy en día colegios reconocidos como Santa Mónica o Nuestra Señora de la Consolación, en Palma; Nuestra Señora de la Consolación de Alcúdia o el Colegio Ramon Llull de Andratx, por poner sólo algunos ejemplos cercanos.
En el año 1972, bajo la dirección de la madre general Enriqueta Francisca Vicens, la Congregación vivió una «renovación y vuelta a los orígenes» y fue entonces, en 1973, cuando se inició la expansión fuera del país, empezando por Perú, recuerda Sor Serafina Vilanova, que fue madre general entre 1980 y 1986 y después entre 2000 y 2008 y que es la directora del Colegio Santa Mónica.
Actualmente, reconoce Son Serafina, «la falta de vocaciones que afecta a la Iglesia -no tanto en América Latina, donde siguen ingresando jóvenes- ha llevado a muchas congregaciones, entre ellas la nuestra, a solicitar en el último Capítulo General la misión compartida con seglares para poder mantener nuestra labor».
Este año 2009, con la madre general Sor Maria de Gràcia Thomàs (de Llucmajor), elegida el pasado mes de julio, estará cargado de celebraciones, empezando por una eucaristía privada que se celebrará el día 6 y otra más, el día 7, abierta a los amigos de la Congregación, que tendrá lugar en el Monasterio de la Concepción (calle Concepción, 7B), a las 19.00 horas. También se han programado conferencias o actos en las diversas casas.
La relación de las Agustinas Hermanas del Amparo con el convento de la Concepción surge a mediados de los años 90, cuando se les requiere para «colaborar» con las monjas Agustinas de Clausura que vivían allí y que, en su mayoría, eran ya muy mayores. Hoy en día, aún residen en el convento cinco hermanas, que cuidan de la última monja de clausura que queda en el convento, después de que hace unas pocas semanas falleciera otra religiosa con 105 años. El convento pasó ser de la propiedad de las Agustinas del Amparo y está destinado a ser un centro de espiritualidad agustiniana.