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La crisis congela las cifras de la oferta de empleo de las Administraciones

Los cuerpos de seguridad nacionales y locales son las únicas demandas crecientes o sostenidas

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La esperanza de empleo en las Administraciones desciende vertiginosamente con la crisis. El capítulo presupuestario de gastos de personal contiene a los políticos y la oferta pública con frecuencia no pasa del papel a la realidad. Balears no es una excepción, y aquí convertirse en policía local o bombero resulta casi la única posibilidad de acceso a un trabajo desligado de los vaivenes del mercado.

La web institucional del Govern balear -no es el único caso-, tiene varias decenas de documentos relacionados con oposiciones, y en no pocos casos están referidos a las de 2006, que se vinieron concretando durante las dos anualidades siguientes. De hecho, el enlace titulado '2008-2009 (Oferta Pública 2008)', no está operativo.

«No es una casualidad que incluso los 8.000 millones de euros que el Gobierno español traslada en 2009 a los ayuntamientos sean para contratar obra pública y estimular el empleo privado -señala una fuente política del Govern balear-, con lo que el empleo consolidado no se dirige a las Administraciones, que ya cuentan con gastos fijos de personal difícilmente inferiores al 40% de sus presupuestos».

Los plenarios de los ayuntamientos de Mallorca no están olvidando en sus debates la contención de sus gastos fijos en el inmediato futuro. «Cada consistorio tiene sus necesidades objetivas -explica el alcalde de una localidad con decenas de miles de residentes-, y para dar los servicios que se demandan tendría que crecer la plantilla; pero ahora no es 'políticamente correcto' cubrir aquello que no sean huecos por jubilación».

Consecuencia de lo anterior es el descenso en la actividad de las academias y centros formativos dedicados a la preparación de oposiciones. Donde hasta hace poco más de un año la actividad era muy notable, se registra ahora ralentización, algunos cierres y, en general, el desvío hacia la preparación de las «nuevas profesiones», que no aseguran un trabajo vitalicio pero abren perspectivas en el deprimido mercado laboral de los más jóvenes.

«A fecha de hoy -reconoce el director de una academia con muchos años de actividad en Palma-, somos casi un simple anuncio de que hay miles de puestos ofertados en el Cuerpo Nacional de Policía, en la Guardia Civil, en el Ejército y en las policías locales. Al menos esas plazas se cubren por anualidades, mientras las clásicas de administrativos y auxiliares de Administración Local surgen con cuentagotas. Creo que es la tendencia para un futuro incluso a medio plazo».

Paulatinamente la exposición de informaciones sobre empleo público desaparece de los marcadores más obvios de las páginas de internet de las Administraciones de Balears.

En la del Consell de Mallorca, por ejemplo, figuran en la clasificación como los argumentos más demandados el transporte público, el tráfico, el mapa de carreteras y la gastronomía. «No estamos ante el fin del empleo público -señala un sindicalista de la Administración-, pero pasará a figurar como una oferta muy moderada en el ámbito laboral».

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