Sombreros que exigen más de 150 horas de trabajo, jabones elaborados sólo con productos naturales o anillos hechos a mano son una pequeña parte de lo que se puede adquirir en los más de 100 puestos que forman el Baleart 2008.
«Sin duda es una de las ferias estrella de nuestra comunidad autónoma», afirmó la consellera de Comerç, Indústria i Energia, Francesca Vives. Que fue la encargada de inaugurar la presente edición.
Cuando el visitante de Baleart entra en el recinto ferial del aeropuerto se encuentra con un inmenso y poblado pabellón formado por pequeños puestos de venta donde cada producto lleva horas de trabajo y cariño.
Con las manos
Justo al entrar en el recinto, a mano derecha, se encuentra el stand de Steven y Anita. Se trata de un matrimonio que ejercen como orfebres «desde hace 32 años y que hace 23 se instaló en Eivissa». Steven explica que él compra la plata en láminas y luego la trata hasta convertirla en las joyas que vende.
Fina, Cristina y Loreto forman parte de la Asociación cultural 'Es Retorn', donde se enseñan las prácticas más tradicionales de fabricación a mano de sandalias, sombreros o tambores. Loreto está trabajando con un sombrero que supone «un trabajazo» y calcula que «necesita más de 150 horas y cuyo coste ascendería a 800 euros».
En 1857, un alumno del músico Giuseppe Donati llevó a Mallorca la ocarina, un pequeño instrumento de viento con forma de concha marina. Ciento cincuenta años después la única persona que elabora la Ocarina mallorquina de forma artesanal es Carme Hermoso y las vende en Baleart.
Reyes es otro ejemplo de artesano que siente lo que hace, él y su mujer viven en el campo «casi como payeses» y producen jabones con esencias naturales y aceites de cultivo ecológico. Un dato curioso es que el jabón se realiza con sosa cáustica.
Y la lista de productos es interminable, desde zapatos de Sóller, muebles de olivo, cuchillos de Llucmajor, etc. lA.Cabot
Fotos: Pere Bota