La novedad de este año en los mercadillos de Navidad de Palma, sitos en Via Roma, Plaça d'Espanya y Plaça Major, son sus casetas, que son nuevas, blancas e iguales. Y, cómo no podía ser de otro modo, las opiniones de sus titulares son dispares.
Casi en su totalidad están de acuerdo en que son nuevas, llegan con piso y la luminosidad natural en ellas es superior a la de años pasados. Tampoco están disconformes con el precio de los módulos, aunque algunos de los que están en la Rambla se quejan de que por la instalación de la luz eléctrica deben abonar alrededor de 500 euros. «Me han dicho desde el Ajuntament -decía un argentino- que me puedo quedar con el medidor, caja de fusibles, etc., para el año que viene, pero yo no sé qué haré al año que viene»
En cuanto a lo más negativo es que son casetas muy frágiles, con una patada que le des a la puerta la abres, como ya les ha sucedido a unos, que les entraron a robar. Eso significa que no hay mucha seguridad, de ahí que, aunque Cort haya puesto vigilancia, algunos han contratado a senegaleses para que vigilen por las noches. También preocupa que el material es presa fácil para el fuego. «Será por eso que nos han entregado un extintor». «Y que cuando llueve -apunta Gabriel Segura- como el toldo es pequeño, nos mojamos». También se quejan algunos, sobre todo en la Plaça d'Espanya, de que para «meter más casetas, han quitado los pasillos que quedaban entre ellas, lo que nos obliga a tener que salvar un largo trecho para situarnos delante».
Pedro Prieto
Foto: S. Amengual