Un rayo sobre una línea de 240 kilovoltios de la central térmica de es Murterar (Alcúdia) se perfila como la causa inicial del apagón que ayer sufrió el sistema eléctrico de Mallorca y Menorca, el cual se prolongó durante varias horas y afectó a la totalidad de los abonados de GESA-Endesa en ambas islas. Tendrán que transcurrir varios días hasta conocer con detalle las causas y consecuencias de esta interrupción en el suministro de energía, incidencia sobre la que, por el momento, la consellera de Comerç, Indústria i Energia, Xesca Vives, ha anunciado la apertura de un expediente informativo. Tanto la portavoz del Govern como la consellera d'Interior no dudaron en calificar de «grave» el incidente.
Apenas trancurridos cinco años, Mallorca y Menorca han vuelto a sufrir un 0 -tal y como se define un apagón masivo de todo el sistema-; aunque en esta ocasión, por motivos distintos -entonces fue por no poder atender una punta de demanda en pleno mes de julio-, las consecuencias han sido las mismas. Personas atrapadas en ascensores, caos circulatorio, colapso en las comunicaciones telefónicas, comercios afectados..., son la retahíla de consecuencias y molestias ocasionadas a centenares de miles de abonados de GESA-Endesa en Balears, los cuales merecen una explicación convincente de las razones por las que se tardaron horas -hasta siete en algunos sectores- en restablecer el suministro de energía eléctrica.
La conexión por cable con la red peninsular, un proyecto que ha tardado décadas en ponerse en marcha, permitirá paliar el problema que representa la dependencia de un sólo punto de generación de energía, es Murterar. Hasta ese momento sólo cabe cruzar los dedos y confiar en que la meteorología no vuelva a derrotar a la tecnología y Balears se quede otra vez a dos velas.