LAURA MOYÀ/TORRES BLASCO
Por escrito. Bartomeu Vicens afirmó ayer en los pasillos del Parlament que espera que su partido le comunique de forma oficial que ha sido relevado de su cargo como portavoz de UM en el Parlament. Aún así, insistió en un aspecto: «Es el grupo parlamentario quien debe decidir esta cuestión», dijo durante una conversación informal con periodistas.
Fue su manera de dejar entrever que, por ahora, no acepta la decisión que la ejecutiva de la formación nacionalista adoptó el pasado miércoles en una reunión de urgencia. Vicens explicó que Miquel Ferrer, secretario general de UM, le llamó el miércoles para informarle de la decisión que había acordado por unanimidad la ejecutiva. «Ferrer me dijo que Antich estaba presionando con celebrar elecciones anticipadas» si UM no le destituía. A nivel personal, «nadie», según el diputado, «ni PSOE ni UM», le ha presionado «para nada». Aún así, insistió en que, si de él dependiera que hubiera o no elecciones autonómicas, nunca lo permitiría. «Es un mal momento, lo más importante es superar la crisis».
Preguntado sobre qué pasaría si ahora se celebraran elecciones, el diputado nacionalista dijo que UM «conseguiría un buen resultado». «Estoy muy orgulloso de haber propiciado este pacto», aseguró, y reiteró que sólo dimitirá como diputado «si algún día se demuestra» que ha hecho algo ilícito.
Por su parte, el presidente de UM, Miquel Nadal, expresó ayer desde Madrid que la situación que atraviesa Vicens es «dolorosa» para el afectado. Nadal aseguró que el pacto de gobierno de las Islas es «absolutamente» estable.