En Palma o municipios colindantes existen hasta ocho colegios extranjeros, pequeñas embajadas de los países a los que representan en los que se imparte una educación algo distinta a la que conocemos. Estos centros no se rigen por el sistema educativo español y, en consecuencia, no existen claros puntos de referencia para medir y comparar con los centros españoles. También varía un poco su estructura por niveles y edades y el calendario escolar, pues todos ellos comenzaron el curso a primero de septiembre y lo finalizarán a mediados o finales de junio. Entre medias suelen tener una semana de vacaciones en el primer trimestre del curso y otra en el segundo, además de en Navidad y Pascua.
No todos, pero muchos de ellos están homologados por el Ministerio de Educación y Ciencia, para lo cual están obligados a impartir Lengua Castellana, Lengua Catalana y, a veces, alguna materia más en estos idiomas; e incluso los hay que preparan para la Selectividad a los alumnos que quieran continuar estudios en la Universidad española. Pero lo cierto es que una parte importante de sus estudiantes son extranjeros cuyas familias están temporalmente en nuestro país o que tienen muy claro que la educación universitaria la realizarán fuera, en prestigiosas instituciones académicas, como Oxford y Cambridge.
En otros casos, lo que impulsa a padres españoles a matricular a sus hijos en un colegio internacional (en algunos es preciso tener, además de la española, la misma nacionalidad del centro, por motivos legales) es la total adquisición de un idioma, un nivel educativo que se presupone muy alto y el contacto con otras culturas.