En realidad, no sé si alegrarme. Porque ir tras Rosario Nadal durante muchos días del verano hasta que la pillas, y como en esta ocasión con todo el equipo, y no lo decimos por las aletas, lentes y tubo respirador, sino por su más puro estado veraniego, es una delicia. Te pone, vamos. Recorres un montón de kilómetros, a veces más de cien, para, encima, no encontrarla. Te das tus caminatas bajo un sol de justicia por si ese día se le ha ocurrido ir a es Caragol.
Esperas a que salga de su casa para seguirle y perderle a los pocos kilómetros a causa del tráfico y porque, además, conduce muy bien... Sí, es un puntito tratar de reportajear a la princesa de Preslav durante el verano, aunque con constancia terminas pillándola. Como ahí. Que me temo que las primeras noticias que tendrá de este pille habrá sido esta mañana cuando haya abierto Ultima Hora y se haya visto en sus páginas.
Rosario fue a la playa con dos de sus hijos. Seguramente Kyril, aprovechando el viento, buscaría el punto ideal en la costa para practicar el surf o el kitesurf, sus deportes preferidos, pues no le vimos.
En cambio, quien sí apareció por allí fue el duque de Palma, Iñaki Urdangarín, con sus hijos y sobrinos. A Rosario se la vio tomar en brazos a su ahijada, la menor de los de Palma, y llevarla a la ducha a que se quitara el salitre, lo que sí da fe de otras de las imágenes de la mañana.
No hace falta que les cuente, pues a la vista está, que Rosario lucía cuerpazo "y eso que ha tenido tres hijos" que conjugaba a la perfección con su bikini negro. Porque esta mujer, sin ni siquiera proponérselo, luce muy bien cualquier cosa que se ponga en el lugar que sea, como la playa. Ella no, todo lo contrario. Lástima que su timidez la enfrente ante las cámaras... Aunque mirándolo bien, mejor. Lo fácil, a veces, tiene menos valor que lo complicado. Y seguir a esta mujer no es fácil.
Pedro Prieto