El Centre de Recerca Económica, entidad de análisis económico participada por «Sa Nostra» Caixa de Balears y la Universitat de les Illes Balears (UIB), sostiene que Balears está inmersa en una «crisis de confianza» pero en ningún caso en una situación de recesión o crisis económica técnica, una situación de «ajuste doloroso pero necesario» que se ha producido tras unos años de «boom» inmobiliario «único y extraordinario», según afirmó ayer de director de la entidad, Antoni Riera.
El director del CRE resaltó que en los últimos diez años la inversión privada se ha ido desviando hacia el sector inmobiliario residencial hasta superar con creces la destinada a actividades económicamente productivas. Una situación que ha sido agudizada por el fuerte crecimiento de llegada de capital extranjero a las Islas que también se ha invertido de forma masiva en la compra de segundas residencias, hasta un porcentaje del 72 por ciento en 2007, todo ello motivado por un contexto de bajos tipos de interés y de elevadas rentabilidades. Antoni Riera indicó que esta desviación de la inversión hacia el sector inmobiliario, además de reducir las potencialidades de producción de la economía de las Islas, «ha ido hinchando la burbuja inmobiliaria», que ha sido además complementada y estimulada por las grandes inversiones públicas construidas durante la pasada legislatura, las cuales han contribuido a sobredimensionar todavía más el sector.
«No hay que olvidar que cada desaceleración corrige los excesos y los desequilibrios vividos», afirmó Riera.
El Centre de Recerca Econòmica señala que los indicadores de la construcción «no aportan valores negativos atípicos» en relación a su comportamiento histórico o habitual en las Islas. En ese sentido, recuerda que el número de proyectos visados durante los tres primeros meses de 2008 (2.236) continúan siendo superiores a la media registrada en el período 1990-2008 y se sitúan, sobre todo, por encima de la media del período 1990-1997, anterior al 'boom' inmobiliario.
En este sentido, el director del CRE destacó que el fuerte parón que registra el sector de la construcción en Balears «responde al agotamiento de la actividad residencial, tal y como también ha sucedido en otras economías en los que se han producido «procesos de expansión inmobiliaria exagerados», afirmó Riera.
Según explica el CRE, esta situación en el sector inmobiliario ha degenerado en una desaceleración generalizada de la economía, en la que también han influido otros aspectos como la crisis financiera internacional, la subida de los tipos de interés y de las cuotas hipotecarias, así como encarecimiento del precio del petróleo, de las materias primas y de los precios en general.
Todos estos elementos, según destacó Riera, están generando «incertidumbre» en la economía, la cual se traduce en una mayor «prudencia» en cuanto al consumo interno y una disminución de la inversión empresarial en las Islas, circunstancias que están retroalimentando la situación de desaceleración económica en la que está inmersa la economía balear.
El director del CRE indicó que esta situación de desaceleración económica tendrá una incidencia muy negativa en el mercado laboral balear, que ya ha comenzado a destruir empleo en términos netos.