La garrapata, un animal de la familia de los ácaros, puede esperar semanas o incluso meses entre la hierba o en los árboles, para encontrar un huésped adecuado. Cuando se encuentran con un posible candidato, animal o humano, trepan sobre él y penetran en la piel para chuparle la sangre. Su cuerpo se hincha y cuando está lleno, la garrapata se suelta, pero esto puede tardar varios días.
En su boca, las garrapatas tienen una estructura que les permite engancharse firmemente al lugar del que están chupando sangre. Tirar de una garrapata a la fuerza puede hacer que partes del animal se desprendan y se queden en la mordedura, a menudo el aparato bucal entero, lo que puede producir una infección.
Aunque la mayoría de las picaduras de garrapata son inofensivas, éstas pueden propagar varias enfermedades, entre otras, dos de declaración obligatoria: la fiebre exantemática mediterránea y la fiebre recurrente transmitida por garrapata.
La garrapata puede provocar varias enfermedades, dos de ellas, la fiebre exantemática mediterránea y la fiebre rercurrente por garrapata son de obligada declaración, por ello el Servei d´Epidemiologia de la Conselleria de Salut i Consum tienen controlados los casos que se producen en las Islas.
Otras como la enfermedad de Lyme, causada por la «borrelia burgdorferi», no son de declaración obligada y por tanto no se puede saber a ciencia cierta cuántos casos se pueden haber detectado en Balears.
Por lo que hace referencia a la fiebre exantemática mediterránea o fiebre botonosa, causada por «rickettsia conorii», es transmitida habitualmente por garrapatas infectadas. El período de la incubación de la enfermedad varía entre 5 a 7 días, y en las Islas la enfermedad prácticamente se duplicó en 2007 con respecto a 2006, aunque sólo se produjeron 49 casos, frente a los 29 del año anterior o los 27 declarados en 2005.
La transmisión de la fiebre exantemática mediterránea se produce por la picadura de la garrapata infectada, pero nunca de persona a persona. La enfermedad se caracteriza por la fiebre alta y por la posterior aparición, entre el tercer y el quinto día, de una erupción que generalmente afecta a las palmas de las manos y plantas de los pies.
Por lo que hace referencia a la otra enfermedad de declaración obligatoria, la fiebre recurrente transmitida por garrapata, en las Islas sólo se declararon dos casos el año pasado; uno en 2006 y 3 en 2005, según los datos del Servei d´Epidemiologia.
La fiebre recurrente transmitida por garrapata es una infección provocada por la mordedura de una garrapata que produce dolor de cabeza, dolor de estómago, dolor en el cuerpo, tensión en el cuello, vómito e incluso diarrea. Molestias difíciles de aguntar y de combatir.