El secretario general de Política de Defensa, Luis Cuesta, admitió ayer en Bruselas que el Gobierno está estudiando la posibilidad de realizar «reajustes» en las misiones militares en el exterior al referirse a la posibilidad de abandonar o reducir los efectivos en Kosovo para participar en el despliegue internacional en Somalia, tal y como reclama una resolución de la ONU.
No obstante, Cuesta aseguró que -en alusión a la misión en Kosovo- «la misión allí se está desarrollando bien y, por tanto, no está planteada sobre la mesa una reducción de efectivos».
La compleja situación política de Kosovo, cuya Constitución entrará en vigor mañana domingo, ha dejado en una posición difícil a España debido a que no ha reconocido su independencia, como sí han hecho otros países de la Unión Europea.
Visita suspendida
Como consecuencia de ello, las unidades del Ejército español desplegadas en Kosovo han sido las únicas en el extranjero que no han recibido la visita de la nueva ministra de Defensa, Carme Chacón.
En esta misma línea el Estado Mayor del Ejército ha recomandado al president Francesc Antich que suspenda el viaje que tenía previsto realizar a Kosovo para visitar la agrupación «Baleares», integrada por fuerzas pertenecientes a la Comandancia General de Baleares.
A pesar que desde la Comandancia General no se ha querido realizar ningún comentario sobre la situación, distintas fuentes han coincidido en apuntar la «tranquilidad» con que se está analizando el nuevo escenario.
Cabe señalar que, en principio, el despliegue de fuerzas militares de la Unión Europea en Somalia no se realizará antes de seis meses, según el plazo establecido por la resolución de Naciones Unidas, mientras que la misión asignada a la Agrupación Baleares concluirá el próximo mes de agosto. El contingente español está formado por unos quinientos hombres al mando del coronel jefe del Regimiento Palma 47.
En todo caso no se descarta que la actual sea la última presencia militar española en Kosovo, un modo de soslayar la incómoda posición en la que se encuentra el Gobierno, que no reconoce el nuevo país balcánico.