Un día más, y ya hemos perdido la cuenta esta temporada, la lluvia aparece sobre Mallorca y los turistas tienen que improvisar un nuevo plan para disfrutar de sus vacaciones en la Isla. Coches de alquiler y autobuses cargados de turistas llegan hasta el centro de Palma con la intención de disfrutar de una jornada nublada y con intermitentes precipitaciones. Una inestabilidad que sucede con «demasiada» frecuencia en las últimas semanas, teniendo en cuenta que estamos a 12 de junio. Así pues la imagen de ayer fue más de lo mismo, la ciudad llena de turistas, atascos circulatorios, centros comerciales llenos, etc.
Una anécdota bastante común en estas ocasiones es la destacada venta de paraguas y chubasqueros. Antonio Vázquez, gerente de C&A, comenta que un día normal se vende entre uno y dos paraguas, siendo entre 200 y 240 unidades las que pasan por caja en un lluvioso día como el de ayer. Género que se podría convertir en uno de los accesorios imprescindible junto a la toalla y la crema bronceadora para este verano, de seguir este «loco» tiempo. Entre los cinco euros y los 24 euros oscila el precio de los paraguas que se instalan de manera provisional en las puertas de tiendas y centros comerciales. Otro de los lugares más frecuentados por los turistas son los restaurantes y bares de la zona, como el emblemático Bar Bosch su interior se ha colapsado de clientes en busca de un café con leche calentito, variado de frit mallorquí, calamares, croquetas, etc., así como pinchos de tortilla o las inigualables 'llangostas'. La dificultad de conseguir taxi también se nota en estos días donde los ciudadanos ya comienzan a «cansarse» de tanta inestabilidad primaveral, donde el próximo día 22 de junio comienza oficialmente el verano.
Julián Aguirre
(texto y foto)