Cuatro años lleva Pepe Pintos al frente de su restaurante situado muy cerca del Conservatorio de Palma, un pequeño templo que rebosa arte del bueno salido de sus manos en forma de sabrosos platos y obras pictóricas muy interesantes.
Pepe Pintos es un torbellino de pasión, que entusiasma a sus clientes porque vive y siente la cocina como un arte. Llegó a Palma después de recorrer durante unos años la Toscana, Venecia, Bélgica y Suiza, para ir atesorando saberes que en el campo gastronómico nunca acaban.
«Abrí el restaurante Pepe Pintos Cocinero "afirmó el chef" donde hago cocina casera moderna y también caterings. La estética en la cocina es para mí muy importante, pero aún lo es más el sabor. La primera no tiene que ocultar las texturas ya que el mercado debe estar ahí, presente. Mi deseo es trabajar la cocina mediterránea, pero con los productos de la tierra que me gustan, creando mis propios platos».
La carta incluye productos de mercado y los platos van cambiando. Se mantienen fieles el risotto de cinco setas, entrecot parrilla, y el chocolate cinco texturas. Diez movimientos alcanzan muchos de sus platos, algo que le resulta a Pintos estresante. Lo solventa dándole alas a la imaginación creando sus obras pictóricas de arenas y relieves con elementos reciclados, otro sueño vital que complementa el de ser cocinero.
Amalia Estabén