Balears es una de las comunidades autónomas más castigadas por la siniestralidad laboral, un tema que adquiere especial relevancia en una jornada como la de hoy, dedicada a la Seguridad y la Salud de los Trabajadores por los organismos internacionales. A título orientativo, durante el pasado ejercicio los accidentes en el sector de la construcción aumentaron un 1'85 por ciento. Sin embargo, resulta más significativo constatar el crecimiento de un 11'39 por ciento en el apartado de accidentes graves, según la memoria de la Asociación de Constructores.
Hasta el momento, las medidas adoptadas por la Administración no han dado los resultados esperados, las cifras de siniestralidad en los diferentes campos de la actividad laboral han ido en aumento a pesar de los esfuerzos de inspección. El problema no reside en la norma, amplia y profusa, sino en su bajo índice de cumplimiento y es en este apartado donde la labor de los sindicatos es imprescindible.
Es cierto que determinadas fórmulas como la subcontratación "por citar un ejemplo" favorecen la precariedad laboral y una rebaja en las exigencias en la preparación del personal. No cabe duda que la acción de la Administración en el control debe ser todavía más exhaustiva, pero esto no es la solución definitiva. La acción punitiva no sólo puede centrarse en la empresa, también los trabajadores deben asumir su cuota de responsabilidad en esta situación. Es ahí donde el papel de los sindicatos es básico.
Los actuales roles deben cambiar. La seguridad no debe ser una imposición de la Administración para pasar a ser una necesidad de los trabajadores, sólo así se comenzará a vislumbrar una solución al problema.