El IB-Salut pondrá en marcha un plan de reprogramación con el que se pretende garantizar que ninguno de los 267 pacientes, que en estos tres días de huelga de médicos de la sanidad pública no han podido ser intervenidos quirúrgicamente, lo puedan ser en un plazo máximo de tres semanas, por ello, si hace falta, se desviarán pacientes a las clínicas privadas que cuentan con acuerdos con la red sanitaria pública balear.
Así lo indicó ayer el director general del IB-Salut, Josep M. Pomar, después de dar a conocer la incidencia de la huelga en la jornada de ayer cifrada en un 21'1 por ciento, con 490 facultativos en huelga, 94 intervenciones quirúrgicas suspendidas y un total de 1.930 consultas especializadas canceladas.
La diputada popular y ex consellera de Salut i Consum, Aina Castillo, recordó ayer al Govern que «está obligado, por el decreto de demora, a desviar a los pacientes a las clínicas privadas, garantizando así que se cumplan los plazos previstos».
Castillo pidió a Thomàs que se reúna con los médicos y busquen una salida negociada al conflicto.
Por su parte tanto el conseller Thomàs como el director general del IB-Salut, Josep Pomar, reiteraron que no pueden hacer frente al pago de cinco millones de euros más, solicitados por el Sindicato Médico, y que con este tipo de reclamaciones salariales será «muy difícil» llegar a un acuerdo, en palabras del conseller.
Desde el Sindicato Médico acusan a Pomar de practicar una política de «guerra sucia» en referencia al correo electrónico publicado ayer por Ultima Hora en el cual el director general del IB-Salut pedía a los gerentes de los hospitales que intentaran «disuadir» a los médicos de secundar la huelga y Pomar dijo que el Sindicato Médico está utilizando una «estrategia de politización» y «descalificación» de los interlocutores elegidos por Salut.
Por otra parte, CC OO anunció ayer movilizaciones del 5 al 25 de mayo al haberse denegado por parte de la comisión de retribuciones de la Conselleria d´Hisenda la validación del acuerdo sobre carrera profesional.