La última sesión plenaria celebrada ayer en el Parlament estuvo marcada por el reciente escándalo de corrupción, protagonizado por el ex gerente de Bitel Damià Vidal. El presidente del Govern, Francesc Antich, aprovechó una pregunta de la portavoz de la portavoz del grupo popular, Rosa Estaràs, para atacar al PP, plantear que los populares no podían decir al actual Govern que engañaba a los ciudadanos. El rifirrafe comenzó cuando Estaràs preguntó al president si el Govern construiría el soterramiento del tren a su paso por Inca. «No lo descartamos, pero hay problemas técnicos», contestó Antich. «No engañe a los inqueros y cumpla sus promesas electorales. Si no sus propuestas electorales quedarán en papel mojado. Eso dice mucho de su particular concepción de la democracia», replicó Estaràs.
En la réplica, Antich no citó el último escándalo de corrupción, pero era evidente que se refería a la malversación en Bitel. «El tiempo no está para que salga aquí y diga al Govern que engaña a los ciudadanos. No son buenos tiempos para usted. Me interesa que hablemos de los temas que hemos de hablar. Acuérdese que el metro no figuraba en el plan de transportes y costó 80 euros más de lo presupuestado», acusó.
Al margen del escándalo de Bitel, el PP volvió a insistir en que Jordi Bayona, director general de Acció Exterior, había favorecido a su compañera sentimental. La izquierda aseguró que el Govern había hecho un informe en el que no se detectaban irregularidades en las contrataciones. Rodríguez insistió en que se favoreció a la compañera de Bayona. El Parlament no aceptó crear una comisión de investigación sobre el asunto.