En el marco de los actos organizados en conmemoración del Dia de la Dóna, el Ajuntament de Palma ofreció ayer un itinerario guiado con el motivo temático «Els carrers de Palma i la història de les dones».
Un curioso paseo a la búsqueda de la huella histórica o el recuerdo borrado ya por el paso del tiempo, que dejó la presencia femenina en diversos enclaves del Casc Antic, a cargo de la historiadora Joana María Escartín y la arqueóloga Magdalena Riera.
La ruta dio comienzo en el Centre Social Flassaders, un lugar antaño con la abundante presencia femenina que aglutinaba la fábrica textil en el recinto, tras el toque de sirena del fin de jornada en aquel barrio de origen obrero.
La presencia femenina en la zona también destacó por razones muy distintas, como fue y es todavía el negocio de la prostitución en el mismo barrio de Sa Gerrería, conocido también como «Es Brut» y de cuyos degradados inmuebles ya desaparecidos da fe un fondo fotográfico que refleja la sordidez de aquellas viviendas adaptadas a tal fin.
La visita continuó por la plaça de Josep María Quadrado, donde destaca la presencia del edificio de Can Barceló de 1902, en cuya fachada destacan sus figuras policromadas alusivas a la mujer en la industria textil.
La plaça de Santa Eulàlia, próxima parada, fue según indicaron Escartín y Riera, la única plaza que ha permanecido en su trazado original desde el siglo XIV. Allí, la presencia femenina fue notable al acoger un mercado donde acudían las mujeres a comprar en su único punto de encuentro y contacto social para intercambiar sus penas y alegrías. Las calles adyacentes conservan aún el nombre de los alimentos que se podían comprar aquí. Otros puntos de especial significación femenina fueron la plaça del Mercat y la Plaça Major, que acogió el mercado de abastos, así como las plazas con fuente pública.
Gabriel Alomar