Esa huelga de celo encubierta que inicia el colectivo de jueces en la capital balear amenaza con bloquear, aún más, los asuntos que tramitan los juzgados, ya de por sí bastante atascados no sólo por la huelga indefinida que mantienen los funcionarios desde el pasado 4 de febrero, sino que también, por la gran carga de trabajo que soportan las instancias de lo civil, penal, social, mercantil y de instrucción.
Según los últimos datos, el número de asuntos tramitados en Balears supera los 200.000 cada año debido al constante aumento de la población, entre otras razones. Los jueces rebajarán hasta el 81% su módulo máximo de trabajo, es decir, sólo una décima por encima de lo que exige el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano rector de los jueces, antes de abrir un expediente por baja producción.
Según explicó Martínez, en estos momentos muchos jueces estaban realizando hasta el 120%, o más, de módulos de trabajo, muy por encima de lo que pueden absorber. Ello implica que muchos titulares de los juzgados estudiaban asuntos y ponían sentencias en fines de semana o fuera de su horario laboral.
«Nuestro colectivo se ha cansado de sacarle las castañas del fuego a este Gobierno. Hay hartazgo de los jueces y lo único que lamentamos es el perjuicio que sufrirá el ciudadano», afirmó el juez decano de Palma.