Los elogios a Mallorca se convirtieron ayer en el punto de mayor acuerdo entre el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero y la canciller de Alemania, Angela Merkel. El primero, en dos ocasiones, aludió expresamente a que Merkel «jugaba en casa», aludiendo a la importante presencia de alemanes en la Isla.
La cumbre hispano-alemana, en la que también participaron doce ministros de ambos gobiernos, sólo incluyó un acuerdo concreto, referido al Medio Ambiente, que compromete a ambos países y estaba precedida por el apoyo expreso que el día anterior había dado la dirigente germana a Mariano Rajoy, lo que fue objeto de comentario tanto por parte de Zapatero como de Merkel. La canciller comentó que ella se sentía más próxima al proyecto del PP, del mismo modo que a Zapatero «le late más el corazón por la socialdemocracia».
El único acuerdo concreto hecho público de la cumbre, y que no incluyó firma de acuerdos bilaterales, tiene que ver con la disposición de ambos países de emprender proyectos conjuntos en Àfrica para «promover el uso de las energías renovables y luchar contra las consecuencias del cambio climático» en aquel continente, por ser la región del mundo que «más va a sufrirlas», en palabras de Zapatero.
El presidente del Gobierno y la canciller federal hablaron de la situación económica mundial y abogaron por que la Unión Europea aborde de forma «decidida» los problemas financieros actuales y los que puedan surgir en el futuro dotándose de «nuevas medidas, mayor información, transparencia y una regulación más poderosa a la hora de prevenir y anticipar» estos problemas.