Atiar Foc, avivar el fuego, es el nombre del espectáculo que ayer comenzó su andadura en las fiestas de Sant Sebastià y que siguieron 65.000 personas. Una puesta en escena concebida por los responsables municipales para ser «la mayor manifestación de cultura popular» y que se prolongó por espacio de tres horas. Protagonizada por demonios y bestias, como no podía ser de otra manera, debidamente invocados con fuego y ruido, hizo las delicias del público.
El presupuesto de aTIÀr FOC ha sido de 340.000 euros, subvencionados a partes iguales por el Ajuntament de Palma y el Ibatur. Un total de 1.547 personas tomaron parte en este importante correfoc que tomó las principales calles de Palma y concluyó en el Parc de la Mar, con la Seu como elemento monumental de fondo.
A las 18.30 comenzaba en la calle Unió el correfoc de las bestias, siete de Mallorca, una de Menorca y tres llegadas de Catalunya. A las 19.00 horas se reunieron en la plaza de La Misericòrdia las asociaciones de demonios de Mallorca. 16 pueblos de la Isla participaron en esta primera edición de aTIÀr FOC, a las que se sumaron otras llegadas desde Menorca, Eivissa o Catalunya.
La Misericòrdia, al igual que la Rambla dels Ducs de Palma, las escaleras que dan acceso a la Plaça Major, la fachada del Teatre Principal, el Gran Hotel o la Catedral estaban iluminados en tonos rojizos. Asimismo, las calles apagaron la habitual iluminación eléctrica para alumbrar con lámparas de aceite.
Una traca monumental en los jardines de La Misericòrdia y en la puerta por la que los dimonis accedían a la calle dio el pistoletazo de salida al «macrocorrefoc».Numeroso público acompañó y bailó con los demonios, que a su vez, jugaron con los espectadores entremezclándose con ellos.
La mayor parte de los comercios protegieron sus escaparates con cartón y, a más de uno, se le disparó la alarma a causa de las fuertes vibraciones que ocasionó a su paso el correfoc, si bien la marcha transcurrió con normalidad.
Ya en Parc de la Mar tuvo lugar la puesta en escena y el espectáculo de luz y sonido, con la actuación de la Federación de Bandas de Música de Mallorca. No obstante, el público tuvo que esperar bastante tiempo hasta que comenzó el espectáculo.
Asimismo, hubo considerables dificultades para situarse en un lugar adecuado que permitiera observar la coreografía de fuegos artificiales que se desarrolló en la superficie del lago y para ver adecuadamente las actuaciones de los demonios en las murallas. Un imposible, salvo por las pantallas que transmitían la señal de IB3, a causa de la enorme distancia que separó las agrupaciones de demonios de la zona permitida al público.
La música enlatada del piromusical, un «baile» de estilos que fue desde el clásico Cascanueces al tecno, pasando por Tomeu Penya fue, probablemente, de todos, el aspecto que habrá que mejorar más en las próximas ediciones de aTIÀr FOC, tanto por las mezclas como por su duración.
Concha Agustín