El metro, actualmente cerrado, se construyó «en un plazo muy escaso» y con medios «excesivamente ajustados».
Es una de las conclusiones del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos que, en su informe, señala que el «principal problema» del metro ha sido la «entrada de agua no prevista ocasionada por el insuficiente drenaje del polígono de son Castelló», lo cual, según la institución, no es responsabilidad del metro.
«Las carencias de la red debieron haberse resuelto paralelamente a la construcción de la línea de metro», asegura el Colegio, que añade que otra de las deficiencias es la impermeabilización de la losa de la estación Intermodal de la plaza de España, dañada, a su juicio, por los trabajos realizados sobre ella en el Parque de Ses Estacions.
El Colegio exculpa a la dirección de la obras de los fallos, a la vez que elogia el trabajo de los obreros, y muestra una velada crítica a la dirección política, al referirse a que el metro de Palma es «un ejemplo de uso político de las infraestructuras que se da en todos los niveles de la Administración» y que, señala, «preocupa profundamente» a la institución.