La noche había empezado caliente al lado de los foguerons, un encendido que corrió a cargo del Ball de Dimonis Infantils d'Alaró. La solidaridad en forma de torrada llenó la plaza de Algaida para dar el «sus» a una larga noche de fiesta donde el fuego se erigió en el protagonista de la revetla de Sant Honorat, patrón de la localidad. Sobre las 23.00 horas, después de que todo el mundo hubiera cenado torrando butifarrones y longanizas en los foguerons que se distribuían por la plaza y las calles adyacentes, y con dos o tres copas de vino, esperaban el correfoc con impaciencia y con un cierto respeto.
La colla de los Dimonis de Alaró había preparado su espectáculo de fuego, humo y ruido para que los algaidins y visitantes se divirtiesen con el correfoc.
Los más valientes, en primera fila para no perderse detalle de cada uno de los movimientos de los dimonions alaroners. Otros se lo miraban de lejos o incluso acechaban por detrás de puertas y ventanas, especialmente los más pequeños, que no veían muy claro que tanto demonio les pudiera traer algo bueno.
Espiras de fuego y cohetes llenaron de colores la plaza y las calles adyacentes, cortinas de fuego y color engalanaron la plaza algaidina, todo un espectáculo que no dejó indiferente a nadie.
La magia del fuego lleno la revetla de Sant Honorat, centenares de personas se acercaron hasta Algaida para brufar la festividad del patrón del municipio. Después, la noche continuó en torno a los foguerons con la música del grupo de Algaida s'Arrual Jazz Mort, que sobre su carrito cada año hace la fiesta de la noche de Sant Honorat. Hoy las danzas de los Cossiers se convertirán en los protagonistas de la fiesta.
J. Socies