La llegada de los Reyes Magos a Manacor estuvo llena de emoción y colorido. La estación de la ciudad fue el punto de encuentro de la comitiva real de Sus Majestades.
Melchor, Gaspar y Baltasar arrancaron sonrisas, besos, llantos y emociones en general por parte de los más pequeños. Una gran comitiva precedía a los tres Reyes Magos que llegaron cargados de regalos y con toneladas de caramelos en la que es la noche más esperada del año.
Una multitud esperó a sus majestades que, tras saludar a sus queridos niños, comenzaron la desfilada por toda la ciudad en un acertado cambio de itinerario.
Al abandonar la estación se dirigieron hacia la Avinguda de Salvador Joan, llena de gente, girando hacia la Avinguda del Torrent, la plaza de Ramon Llull; en un recorrido marcado por la ilusión de los más pequeños.
Los niños más mayores trataban de coger el mayor número de caramelos posibles que se iban lanzando desde las múltiples carrozas que acompañaban la comitiva real. A medida de Melchor, Gaspar y Baltasar se acercaban a la Església dels Dolors la emoción iba en aumento. Los tres reyes bajaron de sus carrozas para entrar en la parroquia y proceder a la tradicional adoración del Niño Jesús. Cumplido el protocolo, los tres Reyes de Oriente saludaron desde la plaza del rector Rubí a una multitud de niños que se concentraban en la plaza para recibir al más cálido de los saludos reales. En el resto de núcleos del municipio de Manacor, la cabalgata de los Reyes Magos fue una gran expectación. En Porto Cristo, como es habitual, los Reyes llegaron en barca hasta desplazarse por las calles de la localidad a la Església de la Mare de Déu del Carme para adorar al Niño Jesús. En s'Illot, la llegada de Sus Majestades fue del todo ilusionante y emotiva.
En el núcleo de Son Macià, la llegada de los tres Reyes Magos se vive con mucha expectación y originalidad con unos reyes muy particulares que consiguen una cabalgata muy lucida y diferente al resto de municipio.
G.M./J.S.