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Editorial

Cort no debe prescindir de sus distinciones

El equipo de gobierno del Ajuntament de Palma ha decidido no conceder, este año, ningún tipo de medallas y distinciones de la ciudad ante la ausencia de un acuerdo unitario de todos los grupos que integran el Consistorio respecto a la relación de personas e instituciones que debían ser galardonadas.

No es la actual, por desgracia, la primera ocasión que el Ajuntament de Palma se muestra incapaz de consensuar una relación de personalidades u organismos que merezcan ser los máximos honores de la ciudad. Es ésta una polémica, por tanto, continuada que acaba provocando un perjuicio a terceros; aquellos que ven cómo sus nombres acaban siendo objeto de disputa para, al final, acabar relegados. Esta situación viene provocada, en muchas ocasiones, por filtraciones más o menos interesadas pero que, desde un punto de vista objetivo, son un claro ejemplo de irresponsabilidad con consecuencias injustas para los afectados. Un cambalache absurdo.

La decisión adoptada desde Cort debería convertirse en un obligado punto de inflexión en todo este lamentable proceso, es imprescindible recuperar el necesario clima de consenso para que las distinciones de Palma no se conviertan en un episodio más de la disputa política en el Ajuntament. Todos los grupos políticos deben retomar el diálogo y, lo que todavía es más importante, un procedimiento que evite el perjudicar inútilmente a ciudadanos e instituciones con estériles discusiones o, todavía peor, convirtiéndolas en armas arrojadizas de unos contra otros.

Palma, la capital de las Balears, debe ser capaz de honrar a distinguidos ciudadanos. Cabe esperar que impere el sentido común y que se retome el diálogo para superar esta lamentable situación.

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