La presentación del Anuari de l'Educació de les Illes Balears 2007 ha supuesto un nuevo aldabonazo respecto a la situación de todo el sistema educativo, el cual presenta aspectos gravísimos relacionados con el abandono de los estudios "con una de las tasas más elevadas de España" y, lo que todavía empeora los resultados, la pésima calidad de estos jóvenes, casi la mitad de los cuales son considerados analfabetos funcionales.
Son diversas las razones que explican, aunque no justifican, las cifras que se reflejan en el estudio que supone una auténtica radiografía del momento que vive la enseñanza en Balears. Una actividad económica, vinculada al turismo, que demanda mano de obra no cualificada pero que ofrece salarios golosos para los jóvenes y unas aulas masificadas por el auténtico alud provocado por el fenómeno inmigratorio de los últimos años han acabado centrifugando, de manera esquemática, una importante masa de población escolar.
Llama la atención que en las diferentes encuestas no aparezca la mejora de la enseñanza como una de las prioridades sociales en Balears. Hay que apelar al sentido de la responsabilidad para que no se escatimen esfuerzos financieros en mejorar todo el sistema educativo, la mejor inversión de futuro que puede hacerse. De un modo paralelo también es necesario arbitrar medidas de urgencia para corregir estos datos lacerantes sobre las condiciones en las que muchos jóvenes dejan los centros escolares para salir al mercado laboral sin una preparación académica mínima, circunstancia que les obligará a permanecer siempre en las escalas profesionales más bajas; sin apenas posibilidad de promoción.
Tenemos el diagnóstico y conocemos el remedio al problema de la enseñanza, es el momento de aplicarlo con urgencia.