Luis Vidal es, desde anteayer, campeón del mundo de Fisicoculturismo, small class, hasta 1'68, pero sin límite de peso.
Ex futbolista del Madrid, cambió el estadio por el gimnasio y el balón por las pesas. Y a fe que no le ha ido mal. De ser un futbolista del montón a ser el mejor en lo suyo, en lo de ahora, media un abismo. Claro que no le han regalado nada, ya que lo ha conseguido a base de esfuerzo, constancia en el trabajo y muchos sacrificios.
Ayer por la mañana, recién llegado de Ekatinbug, hablamos con él, en el Elite, su gimnasio, donde no paraba de recibir felicitaciones. Era un hombre muy feliz, evidentemente.
«No pretendo personalizar el triunfo, sino hacerlo extensivo al colectivo. Unos pocos vamos representado a Baleares por todos los sitios del mundo, aunque yo tengo la esperanza de que pronto seamos muchos más. Por ello estaríamos agradecidos de que, cuando menos, nos regalaran una camiseta, chandal o cualquier tipo de ayuda que nos permitiera sobrellevar mejor este deporte tan duro».
Comparando el fútbol con el fisicoculturismo, dice que no hay color. «Mucho más fuerte este deporte. Muchísimo más. Requiere más esfuerzo, más sacrificio. Es un deporte de 24 horas al día, de una dedicación plena, de una dieta muy espartana. Por eso, ya digo, me gustaría que nos reconocieran».
Al decirle que los futbolistas se quejan de que a veces han de jugar tres partidos en una semana, Vidal, que ha sido futbolista, considera que un jugador no se puede cansar: entrena poco y en cambio gana mucho. Me gustaría ver si un futbolista aguantaría la sesión de entrenamiento de un fisicoculturista, y encima sin recibir apenas compensación». Para Luis, proclamarse campeón en Rusia no ha sido nada fácil. «Por una parte esta la dureza del país, y no solo por el clima, sino por el nivel de sus competidores. Como allí no hay muchas distracciones, se le dedica más tiempo al gimnasio, y mucho más cuando parte de su cultura es la fuerza. Por otro lado, llegué cansado, tras catorce horas de viaje, sin apenas tiempo para recuperarme y prepararme, por lo que tuve que sacar fuerzas de donde no las había y sobreponerme. ¿Que cómo...? Me dije que esa era una oportunidad que tenía, que no podía desaprovechar. Y no la desaproveché Por pundonor y amor propio»
A los que se inician en este deporte, Luis les dice que «es el mas bonito, pero a la vez más duro de todos. Por eso les pido que tengan mucha paciencia, pues es un deporte de mucho años. Su nombre lo dice: body building, o construcción muscular. O lo que es lo mismo: ir lento, pero ser constante al mismo tiempo. Constante, sin obsesionarse y sabiendo hasta donde podemos llegar gracias a la genética y al físico que nos ha dado nuestros padres»
El campeón rechaza la palabra narcisista aplicada, a veces, a los fisicoculturistas. «Conozco más futbolistas narcisistas, que culturistas narcisistas. Todas las personas tenemos una parte egocentrista; en mi caso solamente me miro al espejo cuando me afeito. Nuestro deporte consiste en desarrollar la masa muscular y al mismo tiempo buscar la estética a través de la practica de los ejercicios»