Esta información será remitida a la Comunitat Autónoma y a los ayuntamientos para su valoración, con el objetivo de poder debatirla y asumir la colaboración entre administraciones para la puesta en común de las actuaciones que se llevarán a cabo en el archipiélago dentro de la estrategia de sostenibilidad impulsada por el Gobierno central.
Las zonas analizadas engloban los territorios de la Tramuntana Sur y Norte, las cercanías de Port de Sóller, diversas calas de Formentor, la costa de las bahías de Pollença, Alcúdia, Palma y Artà, el territorio de Muntanyes d'Artà, las calas del sureste de la Isla, el Cap de Ses Salines, la zona de Sa Rápita, Llucmajor, el entorno de Cabrera y Conillera, así como los municipios de Andratx y Calvià, y la costa de la Dragonera.
El informe DAFO -evaluación de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades- plantea en la mayoría de los casos unas líneas genéricas, indica los focos para frenar la ocupación masiva de la franja costera y la funcionalidad tanto física como natural del litoral.
Las recomendaciones expuestas se dirigen a fomentar en las administraciones la adaptación al cambio climático y la redirección del modelo de gestión de la costa. También se destaca con ello la necesidad de enmarcar de un modo «racional» las actuaciones de la costa dentro de los Planes de Ordenación del Territorio.
En términos globales, el dossier de información apunta a la existencia de un mínimo de 65 kilómetros de acantilados inestables, que en algunos casos como el de la Bahía de Alcúdia se deben a focos residenciales o urbanizados. Destacan los 27 en la Tramuntana Sur y que constituyen el 54 por ciento de la unidad de gestión, con especial interés en Punta de sa Llova y Platja de Can Pruaga o desde S'Enfront a Fondal de Ses Basses.
Otra de las zonas de relevancia en el análisis de la situación de los acantilados isleños son los 13 kilómetros considerados inestables -2l,2 por ciento de la unidad de gestión- distribuidos entre Ses Puntes, Morro des Vent, Port de Fornalutx, Punta de Cala Roja y Torre des Forat. También se incide en que en la Bahía de Artà, el 44 por ciento de la parte inestable está edificado, indicando como ejemplo el tramo de Son Moll en donde 4 kilómetros de los 7'5 comprendidos en Son Moll están edificados.
Además, el informe pone énfasis en las ocupaciones del Dominio Público Marítimo Terrestre detectadas en Mallorca, donde se han contabilizado en términos generales 730 casos referidos a la presencia de piscinas, chiringuitos, edificaciones o presencias de parkings o casetas de varadero. Los que cuenta con mayor presencia de estas ocupaciones son los segmentos de Bahías de Pollença (100), de Alcúdia (89), de Artà (70) y las calas del sureste (80).
A su vez, el informe DAFO señala numerosas zonas con riesgo de inundación por lluvias torrenciales, en puntos concretos de Sa Talaia, Port de Sòller, la playa del Port de Valdemosa, Tuent, Sa Calobra y Torrent de Pareis, Cala Murta o los 8'1 kilómetros de la Albufereta de Pollença entre otros, estando la mayoría señalados por el Plan Territorial Insular de Mallorca.
También se indican la ocupación legal o ilegal de la servidumbre de protección de toda la fachada urbana de Sòller y el comienzo de la playa y su puerto deportivo y Sa Breu d'en Serraier. Otro de los puntos examinados son las 21 edificaciones residenciales a lo largo de toda la fachada marítima de Formentor, en Cala Sant Vicenç o Cala Barques.
También se sugiere la conveniencia de la incorporación al Dominio Público Marítimo Terrestre de puntos concretos del Salobrar de Campos y la necesidad de revisar el deslinde de dicha zona.
Se denuncia a su vez el riesgo de la urbanización incipiente en Lluc Alari y Alconasser en la Tramuntana Sur.