Brujas, calaveras, vampiros, zombis y personajes de alguna película de terror fueron algunos de los disfraces que los jóvenes utilizaron para celebrar la noche de Halloween.
Esta fiesta, de origen Celta que con el paso del tiempo llegó a Norteamérica por inmigrantes europeos, se celebra principalmente en los países anglosajones, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda. Se ha dado a conocer y masificado a nivel mundial a través del cine. Esta influencia también ha llegado a la juventud mallorquina que se congregó la noche del miércoles en el Passeig Marítim de Palma para celebrarla. Las discotecas, bares y pub se prepararon para recibir la noche de brujas con telas de arañas, calabazas, luz tenue gracias a las velas, que sirvieron para generar un ambiente tétrico acorde con esta celebración.
Cerca de la medianoche comenzaron a llegar los jóvenes, muchos de ellos con originales disfraces, maquillajes, pelucas y vestimentas adecuadas, además de accesorios para poder dar vida a sus personajes. Rápidamente el Passeig Marítim se fue llenando de gente que compartían alegremente esta celebración comparando sus disfraces, haciéndose fotografías y charlando durante el ya habitual botellón.
Posteriormente la fiesta continuó en los bares y las discotecas de la zona hasta altas horas de la madrugada. La noche de Halloween, cada año gana más adeptos y, curiosamente, muy pocos conocen su origen y el porque de ella. «Creo que se celebra para asustar a los muertos o por Drácula o algo así, la verdad es que no lo sé...», comentaba Jaume, disfrazado de zombi, a quien en el fondo no le importaba el origen de ella, sólo disfrutar con los amigos y, como todos, pasárselo bien.
Cristián Castro