El Ejecutivo del PP dejó las arcas de la Conselleria de Salut con una deuda de 250 millones de euros que podría condicionar el futuro de la sanidad pública de las Islas, según dijo ayer el conseller de Salut i Consum, Vicenç Thomàs, en su comparecencia ante la Comisión no Permanente de Salud para explicar su proyecto de gestión.
Thomàs dijo que 150 millones de euros de este déficit corresponden a facturas «sin pagar», mientras que la previsión de desvío presupuestario del Servei Balear de Salut (IB-Salut) cuando concluya 2007 asciende a 102 millones de euros.
Una de las prioridades del equipo que dirige Thomàs es mejorar «una atención primaria que ha tocado fondo. Donde conseguir cita con el médico de familia es una auténtica odisea con demoras, en ocasiones, superiores a una semana», según palabras del conseller.
Y para mejorar la atención primaria, entre otros muchos proyectos, e incluir nuevas prestaciones como la dispensación gratuita de la píldora del día después «como anticonceptivo de emergencia» o el tratamiento farmacológico de la disfunción eréctil «para personas con enfermedades crónicas», es por lo que el conseller anunció que «el esfuerzo presupuestario del Govern será muy relevante, con un aumento de alrededor del 10 por ciento sobre el presupuesto de 2007» que superaba los 1.000 millones de euros en los dos últimos ejercicios.
Entre las mejoras de la Atención Primaria Thomàs destacó la adecuación progresiva de las plantillas para poder disfrutar del tiempo necesario por consulta y la mejora de las infraestructuras de los centros de salud.