El obispo de Mallorca presidió ayer la eucaristía que pone broche final a los actos que se han venido celebrando durante este año en Mallorca y América para conmemorar el 50 aniversario de la presencia de las Germanes Terciaries Trinitàries en Perú y Bolivia. Un acto sencillo que tuvo lugar en la iglesia de la Concepció de Palma y que estuvo marcado por la solidaridad hacia las víctimas del terremoto de Perú y a los heridos y damnificados en el reciente temporal de la Isla.
A la celebración asistió la superiora general de la Congregación, Ana Villena, quien agradeció las muestras de cariño que se han sucedido lo mismo en Mallorca como en Perú y Bolivia con motivo del aniversario.
«Este ha sido un año de hermandad en el que todas hemos profundizado en nuestro patrimonio humano», dijo la superiora quien recordó los importantes daños que ha causado el terremoto de Perú entre la población más vulnerable del país.
«El momento actual no es sólo progreso y globalización, es necesario también transmitir una cultura de solidaridad», dijo.
El obispo de Mallorca, que presidió la celebración asistido por el vicario general de la Diócesis, Lluc Riera, destacó las virtudes de las Trinitarias e hizo un elogio de la figura del fundador de la congregación, el padre Miquel Ferrer, «uno de los impulsores de la Mallorca misionera».
Murgui expresó su apoyo a los damnificados por la tempestad que vivió Mallorca y elogió la actuación «ejemplar» de los bomberos, de la policía y de las fuerzas de seguridad.
«Quiero expresar mi oración más sentida por las víctimas del terremoto de Perú y por las víctimas de Palma. No sólo por aquellas personas que han resultado heridas sino por todos aquellos que han visto dañadas sus propiedades y negocios», apuntó.
La congregación trinitaria fue fundada por Miquel Ferrer y en 1826 se les otorgó la regla de San Juan de Mata «Alabanza y Liberación». Años después, en agosto de 1957 las hermanas Felicidad, Rosa, Gemma y Francisca emprendieron la travesía atlántica.
En la actualidad, las Trinitarias impulsan Ayne-e ('hoy por ti' en quechua) para acompañar de una forma más eficaz el progreso de estos pueblos y hacer frente a situaciones de emergencia como las derivadas del terremoto de Perú.