Un informe del Govern sobre el futuro hospital de referencia de Balears concluye que la reforma de Son Dureta lleva aparejada la aprobación de «un plan de choque», que la Conselleria de Salut tiene prácticamente redactado, pero de una aplicación práctica muy compleja y con más inconvenientes que ventajas.
Algunos de los párrafos de este informe, al que no se aludió desde el Govern durante el debate sobre Son Espases que se suscitó ayer en la Cámara balear, son suficientemente explícitos y parecen abundar en la teoría de que Ejecutivo ya ha tomado la opción política de descartar la reforma de Son Dureta.
El «plan de choque» prevé el traslado temporal de servicios asistenciales públicos a otras instalaciones sanitarias privadas. El informe del Govern, en base a estudios de la Conselleria de Salut, constata que «el plan pone de manifiesto que el traslado de servicios pone en riesgo de saturación el sistema hospitalario público y privado de Mallorca durante los siete años de ejecución de las obras de Son Dureta». Y no sólo eso.
El informe añade que «además del peligro de saturación del sistema hospitalario, el plan pone de manifiesto las dificultades que existirían para trasladar estos servicios y el problema añadido que representa el hecho de que algunos sólo se hallan en Son Dureta». Cita concretamente la UCI de Pediatría y la de Neonatos, además de servicios como el de fecundación in vitro, este último de escasa demanda en comparación con otras prestaciones de la sanidad pública. Ayer, además de en el Parlament, también la Ejecutiva socialista se abordó la cuestión de Son Espases. Durante esta Ejecutiva, se dio cuenta de este informe y de otros. Además de la Conselleria de Salut, también ha informado la de Hisenda, la Abogacía de la Comunitat Autònoma y el Consistorio de Palma. Cort, además, realizó indagaciones sobre otras posibles ubicaciones.
La Ejecutiva se reúne
Cuando el conseller de Presidència, Albert Moragues, compareció hace unos días ante los medios de comunicación para valorar «pros y contras» atendió a estos informes.
Lo que no trascendió entonces, quizá porque la documentación aún no había llegado o porque se dejó de lado, es que también está cuantificado el coste del «plan de choque» que sería preciso poner en marcha si se opta por reformar Son Dureta: entre 20 y 25 millones de euros.
Este diario ha podido saber que los primeros informes sobre las alternativas al hospital comenzaron a llegar al PSOE incluso antes de las elecciones. Ya en campaña se suscitaron dudas sobre el redactado del programa. Ayer, sin que se tomara una decisión definitiva, los dirigentes socialistas manifestaron diferentes posturas sobre Son Espases. Nadie quiere hacer declaraciones públicas pero algunas fuentes han indicado que la Ejecutiva socialista también se ha enterado por los medios de la aparente inclinación el Govern por Son Espases como primera opción. Y aunque eso es una verdad a medias (todos los dirigentes del PSOE balear ocupar cargos e uno u otro ámbito de la Administración) lo cierto es que las mayores críticas provienen de la Federación Socialista de Mallorca (FSM), que dirige Francina Armengol, presidenta del Consell. Socialistas de Palma barajan, por ejemplo, las inmediaciones de Son Pardo para el nuevo hospital. Antich ha admitido en privado estas divisiones de criterio. Jóvenes de EU convocaron a la prensa frente a la sede del PSIB para exigir que se cumplan las promesas.
Otro informe del Govern también recoge argumentos favorables a Son Espases. De acuerdo a una comparativa de los dos proyectos, en Son Dureta podían habilitarse 446 individuales, un 70% del total; mientras que en Son Espases, 469, lo que equivale a un 75%. Son Espases también permite incorporar un mayor número de consultas: 230 frente a las 160 de Son Dureta. Y añade otras circunstancias, como que la ratio metros cuadrados por cama es «claramente favorable a Son Espases» (165 metros cuadrados por cama frente a los 135 de Son Dureta).