Son las 10 de la mañana y en la Platja de Palma hondea la bandera amarilla. Ha comenzado una jornada más y el Centro de Socorro de la Cruz Roja está a punto para cualquier contratiempo. Los socorristas que se ocupan de la vigilancia en la bahía de Palma ya están en sus puestos, listos para actuar, como lo han hecho a lo largo de todo el verano.
Como cada día, la playa se llena de turistas y residentes que desean pasar una agradable jornada a la orilla del mar, para así poder soportar el calor que azota la Isla en verano. Pero lo que está claro es que el mar siempre puede jugar una mala pasada y por ese motivo se hace necesaria la presencia de estos profesionales que velan por la seguridad de todos los bañistas.
Desde Can Pastilla hasta s'Arenal de Llucmajor son 15 los profesionales que se ocupan de vigilar que todo en la playa esté en orden. Cargados con los elementos que pueden ayudarles a salvar vidas, como la mochila de 'oxidoc', el botiquín y la riñonera de curas, el tablero espinal y los 'walkie-talkies', algunos de ellos se sitúan en las siete torres de vigilancia con las que cuenta esta playa, mientras que otros hacen la vigilancia desde la arena.
La mayoría de los socorristas que forman la plantilla de la Cruz Roja son argentinos, aunque también hay jóvenes de la Isla. Eso sí, los argentinos llegan en mayo para trabajar durante la temporada de verano en la Isla y vuelven a su país para reenganchar con el verano argentino.