Las remesas de inmigrantes desde Balears a Latinoamérica, países caribeños, países asiáticos y africanos, han crecido en el último año más de un 25 por ciento, alcanzado ya los 300 millones de euros al año, según los últimos datos del Banco Mundial, Banco de España, bancos y cajas de ahorros de las Islas, así como las empresas especializadas, entre ellas la Western Union, que es la compañía líder en Balears en cuanto a oficinas (puntos de intermediación, locutorios, etc.).
Este fenómeno va a seguir aumentando en las Islas, según el director general para España de la Western Union, José María Vich, «porque la inmigración en las Islas no va a parar por la bonanza económica existente y por la demanda de mano de obra. Nuestra previsión es la del mercado, por lo que prevemos que las remesas de inmigrantes crezcan en los próximos años en torno a un 20 por ciento anual».
Del total del volumen de negocio que se mueve en este sector, en el que los bancos y cajas de ahorros de Balears han apostado de forma decidida, el 50 por ciento de las remesas, en torno a los 150 millones de euros, va destinado a países latinoamericanos, principalmente a República Dominicana, Ecuador, Bolivia, Colombia, Perú, Argentina y Paraguay.
Según el informe anual del banco de España «Balanza de pagos posición de inversión internacional de España», correspondiente a 2006, las remesas enviadas por trabajadores a sus países de origen ascendieron a 6.800 millones de euros en nuestro país. España es, en estos momentos, solamente superada por Estados Unidos, con 19.800 millones de euros de remesas.
La mayor parte de este importe, en el caso de Balears, tuvo como destino Latinoamérica y el Caribe. Ante este aumento progresivo, la Administración central y las entidades financieras han firmado acuerdos de intenciones para reducir los costes de las transferencias de envío de dinero a través de redes de asesorías asociadas a los receptores y líneas de crédito en los países de destino.
El negocio que mueven las remesas de dinero ha generado en su entorno una infraestructura financiera, en la que todos los sectores implicados no quieren perder cuota de mercado, afectando ello a locutorios, oficinas de transferencia de dinero y el desarrollo de un marketing especial para cada colectivo de inmigrantes, según el país que se trate, puesto que las peculiaridades de cada continente son diferentes y se necesita dar la máxima confianza a los clientes.